En un acto celebrado en la Iglesia de la Virgen de la Luz, el Pregonero de la Semana Santa de Cuenca, José Vicente Ávila, cumplía con la cita cuaresmal de nuestra Asociación Cultural ofreciendo una interesante charla a todos los presentes que llenaban el templo.
Refirió el pregonero que se acaban de cumplir doscientos años, este 9 de marzo de 2017, desde que la iglesia de la Virgen de la Luz es propiedad del Ayuntamiento de Cuenca, con cesión al Obispado para el uso religioso. Fue el 9 de marzo de 1817 cuando la Corona española cedió la iglesia al Ayuntamiento. “El Rey Fernando VII firmó la correspondiente Real Orden disponiendo en ella la entrega de las llaves y enseres al Ayuntamiento que, en sesión del 9 de abril, comisionó al regidor Ignacio Rodríguez de Fonseca para hacerse cargo de esos bienes”.
Continuaba sus palabras hacia los hermanos de Nuestra Señora de la Soledad del Puente y todos los presentes refiriéndose a la Sagrada Imagen que se veneraba en la ermita de San Roque, junto a las tallas de Jesús con la Caña. "Tras la guerra de la Independencia, en la que la ermita quedó destruida, las imágenes pasaron a la antigua parroquia de San Esteban, junto al convento de las Bernardas, y fue en febrero de 1818 cuando las imágenes procedentes de la ermita de San Roque, tras unos diez años en la antigua iglesia San Esteban, pasaron a engrosar las capillas y hornacinas de la iglesia de la Virgen de la Luz".
Señalaba más adelante José Vicente Ávila que en la primera procesión en “El Calvario”, titulada “los Misterios desarrollados en el Calvario”, de 1902, "la imagen de la Virgen de las Angustias, que se veneraba en San Felipe, tallada por Carnicero Leguina, fue llevada en hombros por hermanos de las cofradías de la Soledad del Puente y de la Soledad de San Agustín. En 1905 los cofrades de las dos Hermandades de la Soledad volvieron a llevar la imagen de la Virgen de las Angustias, en este caso la que hizo Tomás Marqués, estrenada en 1904".
Como dato curioso, Ávila comentaba que en los años 1929 y 1930 se publicaba en un programita comercial de Semana Santa, que durante unos años hizo José María Portalés, aparecía entre los actos del Viernes Santo una procesión que partía a las diez de la noche desde San Antón, con la única imagen de la Soledad del Puente, formada exclusivamente por mujeres y que terminaba en la ermita de las Angustias.
Tras narrar cómo fue aquella procesión bajo la lluvia, el granizo y el viento, el pregonero terminó diciendo: “Y como cada Jueves Santo, cierra la procesión de Paz y Caridad la Virgen de la Soledad del Puente bajo palio; los banceros de túnica morada y capuz negro llevan con sumo cuidado a su Virgen; asciendes despaciosamente desafiando el temporal, que vuelve a arreciar con fuerte viento. El árbol del amor mueve sus quietas ramas, y caen algunas hojas como en otoño. La Soledad, en su soledad de su sede, frente a Santo Domingo, casi recién inaugurada, arropada por centenares de hermanos abrumados, pero al mismo tiempo agradecidos de haber podido resguardar el “paso” de las inclemencias meteorológicas.
A l término de sus palabras, el representante le hacía entrega de una réplica del cuadro que regalo Tomas Bux en el 75 aniversario de la llegada de la Virgen a Cuenca. Acto seguido el pregonero devolvía al representante de la Hermandad el detalle con la entrega de una fotografía de Antonio Texeda de 1966, otra fotografía de José Luis Pinos de 1998, dos fotografías propiedad del propio José Vicente Ávila de 1993 y dos fotografías de la Soledad del Puente de los Hermanos Culebras publicadas en el Extra de Cuenca Agraria en 1990.
Un interesante recorrido por la historia y acontecimientos vividos por la Hermandad que los presentes devolvieron con unos calurosos aplausos de agradecimiento al Pregonero.
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